Las personas con DM2 y enfermedad renal tienen un mayor riesgo cardiovascular

Según el Grupo Clínico y Traslacional en Diabetes, un 40 por ciento de los pacientes tendrán algún tipo de nefropatía

Grupo CTD2_Enero2019.jpegExiste una estrecha vinculación entre la diabetes tipo 2 y la enfermedad renal, que acarrea importantes consecuencias clínicas, económicas y sociales. La diabetes, y en particular la diabetes mellitus tipo 2 (DM2), es la primera causa de insuficiencia renal terminal y, a su vez, la enfermedad renal es una de las complicaciones más relevantes que dificultan el control de la diabetes. Además, se ha evidenciado que las personas con DM2 y enfermedad renal tienen un mayor riesgo cardiovascular y un peor pronóstico vital.

La atención a la enfermedad renal en el paciente diabético ha sido elegido como el primer tema monográfico que aborda el Grupo Clínico y Traslacional en Diabetes (Grupo CTD), que existe gracias a una beca educacional de Mundipharma.

El grupo está coordinado por Esteban Jódar, jefe de Departamento de Endocrinología y Nutrición Clínica en QuironSalud de Madrid; Francisco Javier Ampudia, del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico Universitario de Valencia, y Rafael Simó, jefe de la Unidad de Investigación en Diabetes y Metabolismo del Institut de Recerca Hospital Universitari Vall d’Hebron de Barcelona. En total, reúne a otros 11 expertos en diabetes de cinco especialidades: Cardiología, Endocrinología y Nutrición, Medicina Familiar y Comunitaria, Medicina Interna y Nefrología. Los responsables del proyecto han presentado las principales conclusiones del Grupo CTD, en un acto en el que también ha intervenido Javier Alvarado, director general de Mundipharma.

Abordaje multidisciplinar

En general, las personas con nefropatía diabética, dependiendo del estadio de su enfermedad, requieren tratamientos complejos para el control de trastornos como la hipertensión arterial, la hiperglucemia  o la hiperlipidemia; además, no todas las opciones terapéuticas para el tratamiento de estas enfermedades se pueden utilizar en estos pacientes.

OLYMPUS DIGITAL CAMERAFrancisco Javier Ampudia-Blasco ha explicado que “en algunos casos, hay que reducir dosis para adaptarlas al filtrado glomerular decreciente, y en otros, simplemente suspender el tratamiento vigente y cambiarlo por otro más apropiado. Además, los objetivos terapéuticos son incluso más estrictos en estos pacientes (similares a los pacientes con enfermedad cardiovascular). También estos pacientes son más vulnerables a la hipoglucemia, por lo que es complicado adaptar el tratamiento insulínico. El manejo de estos enfermos requiere un enfoque coordinado y multidisciplinar”.

Por ello, partiendo de esta realidad, para los coordinadores del Grupo CTD es fundamental concienciar sobre la importancia de la detección de la enfermedad renal en todas las personas con diabetes, destacar el control metabólico de la diabetes en fases precoces, así como vigilar los factores de riesgo cardiovascular. Por último, los expertos hablan de la necesidad de considerar la utilización de tratamientos para la DM2 que no solo mejoren el control de la glucemia, sino que, a la vez, intervengan satisfactoriamente sobre las complicaciones cardiovasculares y renales.

Importantes avances farmacológicos

La afectación renal en la diabetes mellitus no ha estado clásicamente en el foco de atención. En opinión del Dr. José Luis Górriz, del Servicio de Nefrología del Hospital Clínico Universitario de Valencia, miembro del grupo CTD y coordinador de esta reunión, “ha sido la cenicienta, ya que no se han conseguido importantes beneficios en el pronóstico de los pacientes diabéticos hasta hace escasos años”. Sin embargo, gracias a recientes estudios que apuntan la posibilidad de cambiar la evolución natural con nuevos tratamientos, “la enfermedad renal diabética probablemente va a ser una de las protagonistas en la Medicina, y especialmente en la DM, en los próximos años, vaticina este experto.

En los últimos años varios estudios han demostrado que algunos tratamientos para la DM2, como los ISGLT2 o los arGLP1, tienen un claro beneficio a nivel renal, independiente del control de la glucemia. Actúan por diversos mecanismos que consiguen mejorías tanto en parámetros renales como cardiovasculares. Además, son fármacos que no se asocian con la presencia de hipoglucemias, que ha sido una de las grandes dificultades para optimizar el control glucémico en pacientes con insuficiencia renal.

Estadísticas contundentes

Los datos revelan la trascendencia de la afectación renal en la diabetes. Se estima que el 25 por ciento de las personas con DM2 presentará albuminuria a los 10 años del diagnóstico de la diabetes; además, uno de cada tres pacientes diabéticos en el mundo documentan algún grado de nefropatía y el 40 por ciento de los diabéticos presentarán nefropatía a lo largo de su evolución. “Son cifras suficientemente contundentes para valorar el verdadero peso de la nefropatía diabética, ya que, además, es la principal causa de inicio de diálisis en el mundo”, subraya el Dr. Górriz.

Acerca de Eva Fariña

Soy licenciada en Ciencias de la Información. Me he especializado en contenido de ámbito sanitario, especialmente el que procede y está dirigido al profesional.
Esta entrada fue publicada en Cardiología, Diabetes mellitus tipo 2 y etiquetada . Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario