Menos pirámides de la alimentación y más platos equilibrados

La Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación elabora iniciativas gastronómicas sencillas y nutritivas, esencialmente con vegetales y productos del mar

Jesús Román_Andrea CalderónLa Fundación Alimentación Saludable y la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), en colaboración con Calvo, ponen en marcha la iniciativa Mi plato equilibrado, con la elaboración de un conjunto de iniciativas gastronómicas sencillas y fáciles de hacer, nutritivas y válidas para la inmensa mayoría de la población, utilizando esencialmente ingredientes vegetales y productos del mar.

El Prof. Jesús Román, presidente del Comité Científico de la SEDCA y de la Fundación Alimentación Saludable (www.alimentacionsaludable.es), advierte de que “la falta de tiempo para cocinar y la comida rápida han suplantado los hábitos de la dieta mediterránea”. “Los españoles cada vez consumimos menos productos de origen vegetal, especialmente frutas y verduras. También es bajo el consumo de pescado, porque es caro y lleva tiempo prepararlo. Estamos dejando un poco de lado el pescado azul, por ejemplo, y está triunfando el plato preparado o la comida rápida”, añade.

Como es bien conocido, la población española sufre graves problemas de sobrepeso, con los problemas consecuentes. “La epidemia de obesidad se llama así porque parece que se contagia y tiene un crecimiento muy rápido, debido al efecto ‘copia’ de hábitos inadecuados. Engloba no solo una mala alimentación, sino también la falta de ejercicio físico, entre otros factores. La peor consecuencia es el incremento de las enfermedades crónicas y, en general, la disminución de la calidad de vida”, explica Jesús Román.

Actualmente, las famosas ‘pirámides de la alimentación’ se están dejando de lado por poco eficaces a la hora de recomendar a la población dietas saludables. Por el contrario, se recurre a recomendaciones como Mi plato equilibrado, según indica Jesús Román: “Ha habido diferentes recursos gráficos, como las citadas pirámides, que son ayudas didácticas para que la gente sepa qué tiene que comer. En España se utilizó desde 1957 la famosa rueda de los alimentos, y luego nos llegaron las pirámides, que, por lo general, son mal entendidas por la población. De hecho, en Estados Unidos ya no se usan porque dan una información confusa que no resulta útil. Las pirámides se han sustituido por el plato, que permite ver de un vistazo lo que cada uno tiene que comer, y con cuatro renglones explica que es necesario comer más verdura, más fruta, con raciones de proteína animal más pequeñas y una cantidad ajustada de carbohidratos”.

“El plato único tiene cuatro partes, un cuarto es la porción de un alimento proteico, que puede ser carne, pescado o legumbre. La mitad del plato sería verdura, y el resto, carbohidratos (pan, pasta, patata, etc.). Fuera del plato estarían el vaso de agua y la fruta. Es una manera muy sencilla de comer bien y de forma nutritiva sin que falten alimentos, variedad ni sabor”, añade el presidente de la Fundación Alimentación Saludable.

Un plato saludable

El modelo de Mi plato equilibrado propone que haya abundancia de verdura, hortalizas y fruta. Estos alimentos aportan gran riqueza de vitaminas y minerales, junto con compuestos no nutrientes, como los antioxidantes. Puede alternarse entre verduras crudas y cocidas para abarcar así la mayoría de ellas.

Alimentos proteicos como carne, pescado, huevos o legumbres representan otra porción del plato. Lácteos, frutos secos y alimentos como el tofu son también fuentes de proteínas y pueden contabilizarse como tales.

Por último, el espacio restante se compondrá de alimentos ricos en hidratos de carbono. Pueden estar dentro del plato, como el arroz, la pasta integral, patatas, boniatos, cereales completos o semillas. O también pueden ser acompañantes fuera del plato, como el pan, que se recomienda que sea integral.

En cuanto a la bebida en todas las comidas, la ideal es el agua. El aceite de oliva virgen servirá tanto para cocinar como para aliñar. De postre, se aconseja una pieza de fruta fresca, preferentemente local y de temporada. También puede incorporarse un lácteo –como un yogur natural sin azucarar– que, si se desea, puede tomarse en otro momento del día, como la merienda o a media mañana.

Acerca de Eva Fariña

Soy licenciada en Ciencias de la Información. Me he especializado en contenido de ámbito sanitario, especialmente el que procede y está dirigido al profesional.
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