Presentación del informe ‘Adecuación de la prescripción de los nuevos anticoagulantes orales en España. Propuestas de mejora’, impulsado por Daiichi-Sankyo

El Dr. José Ramón González-Juanatey, en la presentación del informe de Daiichi-Sankyo. Reportaje fotográfico: Ideaymedia.
El Dr. José Ramón González-Juanatey, presidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), ha lamentado que las trabas burocráticas dificulten la prescripción de los nuevos anticoagulantes orales (NACOs). Así lo ha comentado en la presentación del informe ‘Adecuación de la prescripción de los NACOs en España. Propuestas de mejora’, impulsado por Daiichi-Sankyo.
“El problema real de la fibrilación auricular es el riesgo de desarrollar un ictus. La prioridad, por tanto, es la anticoagulación”, ha comentado. El Sintrom reduce algo más del 60 por ciento el riesgo de ictus, pero necesita una constante revisión. Los estudios indican que actualmente los NACOs orales se usan de media en un 17 por ciento de los pacientes que necesitan anticoagulación. “La Administración nos ha dado un marco heterogéneo, con muchas diferencias entre comunidades autónomas. Es responsabilidad de los profesionales aumentar ese 17 por ciento hasta el 40 por ciento”, que es el porcentaje al que permite llegar la Sanidad pública y el Informe de Posicionamiento Terapéutico (IPT). “Los médicos somos los responsables directos del paciente”, ha añadido.

Han participado en la presentación del informe Cristina Avendaño, presidenta de la Sociedad Española de Farmacología Clínica; Julio López Bastida, profesor titular de la Facultad de Terapia Ocupacional, Logopedia y Enfermería de Talavera de la Reina, de la Universidad de Castilla-La Mancha; Carmen Suárez, jefa de Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario de La Princesa de Madrid, y José Ramón González-Juanatey.
“¿Por qué los médicos vamos tan lentos en la incorporación de esta novedad?”, se pregunta el también jefe de Servicio de Cardiología del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela. Sin duda, algunos motivos son las trabas burocráticas: “Aunque hay un marco financiador que te lo permite, a veces el médico se encuentra con barreras administrativas que, desde mi punto de vista, no tienen mucho sentido: un visado, a veces un revisado, etc. Creo que si el profesional sanitario demuestra que está ante el paciente prioritario, se le debe facilitar su labor. A veces incluso el paciente se encuentra esas barreras”.
En este sentido, la Dra. Carmen Suárez, jefe de Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario de La Princesa de Madrid, ha criticado que en algunas comunidades autónomas la capacidad de prescripción de Atención Primaria está “muy restringida”. “Este médico es el que más conoce a los pacientes y, además, tiene un buen control del Sintrom, que es un fármaco muchísimo más difícil de controlar; sin embargo, en algunas CCAA no puede prescribir los nuevos fármacos y está obligado a mandar a su paciente al especialista”.
Lo que dicen las guías y lo que se hace en la práctica clínica
Las guías europeas de fibrilación auricular del año 2012, que son las más recientes, indican que los pacientes de nuevo diagnóstico, aunque no estén considerados como prioritarios por los informes, deberían recibir los nuevos anticoagulantes como tratamiento de primera elección. ¿Por qué no se plantea la posibilidad de utilizar estos fármacos en los pacientes nuevos? “Se ha considerado prescribir los nuevos anticoagulantes solo en aquellos pacientes que tienen mal controlada su coagulación con Sintrom», ha explicado el cardiólogo.
Recientemente se ha validado en España un score que identifica a priori los pacientes que van a tener un mal control con tratamiento tradicional. “Los profesionales debemos utilizar estos indicadores clínicos para determinar qué pacientes necesitan los nuevos anticoagulantes como tratamiento de primera elección”.
Coste-efectividad
En cuanto al coste-efectividad de los nuevos anticoagulantes con respecto al tratamiento anterior, los expertos coinciden al señalar que es difícil calcular su valor. En principio, suponen un aumento de la calidad de vida y un ahorro de los costes indirectos. “No se trata de valorar el precio de la pastilla, sino todos los costes asociados al tratamiento de los pacientes, la posibilidad de prevenir ictus, etc.”.
Los pacientes que están mal anticoagulados, que son hasta el 40 por ciento de los casos, tienen un riesgo de sufrir un ictus mucho mayor con Sintrom® que con los NACOs. Según un estudio publicado por el propio Dr. González-Juanatey en Revista Española de Cardiología, en pacientes mal anticoagulados, “el coste por año de vida ganado sin discapacidad con los nuevos fármacos a veces llega solo a 5.000 euros, por lo que puede decirse que es muy coste-efectivo”, ha opinado.
Barreras
En abril de 2015 la Agencia Europea del Medicamento concedió a Daiichi-Sankyo la opinión positiva para edoxaban, un anticoagulante de toma única indicado para el tratamiento de la fibrilación auricular y el tromboembolismo venoso. Inmaculada Gil, responsable de la filial española de Daiichi-Sankyo, explica que “a principios de los años 90, este laboratorio desarrolla la molécula D9065A”. “Desde entonces, se ha puesto en marcha el trabajo y esfuerzo de más de 200 investigadores a lo largo de más de diez años, el análisis de otras 2.500 moléculas y más de un billón de euros de inversión”.
“No solo es obligatorio tener evidencias científicas para que las agencias reguladoras aprueben fármacos para patologías relacionadas con la coagulación sanguínea, sino que también son necesarios estudios de coste-efectividad. Llegados a este punto, sigue habiendo más barreras a nivel de Administración central, de comunidades autónomas, y también barreras creadas por los propios profesionales sanitarios”, ha criticado Inmaculada Gil.
Reportaje fotográfico: Ideaymedia.
Pingback: Dificultades y desigualdades en el acceso a los NACO | Cuaderno de Cardiología