Lorenzo Silva valora los VAD como alternativa a los Tx de corazón, con motivo del Día Nacional del Trasplante

Lorenzo Silva, secretario general de la FEC.
La disminución del número de trasplantes (Tx) de corazón en los últimos 15 años, así como el aumento constante de la prevalencia de la insuficiencia cardiaca (IC), que ya afecta al 6’8 por ciento de la población de más de 45 años, hacen necesario buscar nuevas opciones para el tratamiento de esta patología, según ha informado la Fundación Española del Corazón con motivo del Día Nacional del Trasplante, que se celebra el 30 de marzo.
Los dispositivos de asistencia ventricular (ventricular assist devices, VAD) son una alternativa a los trasplantes de corazón para los pacientes con IC severa. En 2015 se realizaron 299 trasplantes y más de 250 VAD, pero muy pocos se implantaron como terapia de destino (permanente).
Un estudio publicado en The American Journal of Cardiology muestra una ratio de mortalidad a los dos años de un 11’2 por ciento, frente al 27’3 por ciento de los trasplantes. Como retos a superar están las complicaciones de estos dispositivos y su alto precio.
Desde 2009 el número de trasplantes realizados con VAD continuos ha crecido de un 2 a un 15’7 por ciento, según datos del Registro Español de Trasplante Cardiaco de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). En España todavía no existe un registro exhaustivo de VAD, pero el registro ESPAMACS estima que se implantan entre 250 y 300 asistencias ventriculares al año. A diferencia de otros países, solo unas 3-4 se usan como terapia de destino.
Lorenzo Silva, secretario general de la Fundación Española del Corazón (FEC), explica que “cada vez más se están utilizando los dispositivos de asistencia ventricular independientes al trasplante, tanto de corta como de larga duración”. “Se utilizan para shocks cardiogénicos, miocarditis, o incluso como puente a otra asistencia de mayor duración. Los criterios de exclusión para trasplante son muy rígidos, y muchas veces el paciente está demasiado enfermo como para poder recibir un corazón; sin embargo, sí puede ser buen candidato para una asistencia ventricular permanente. Podríamos pasar de salvar 300 personas a salvar a 2.000 o 3.000 al año”.
Por esta razón, la asistencia mecánica para la IC crónica en España va ganando terreno como terapia definitiva, aunque de manera lenta. El Dr. Silva añade que “para la insuficiencia cardiaca, la asistencia ventricular de larga duración es el futuro». «A corto plazo, no parece que las células madre puedan ofrecer la solución, por lo que los cardiólogos debemos mejorar en la implantación de las asistencias ventriculares como ya se consiguió con el trasplante, que ahora es una operación rutinaria”.